Un postre alemán

Mientras todos preguntaban al unísono Rosen..¿que? Ro-sen-ku-chen se trata de un postre alemán… ella ya casi había terminado su pedazo. La abuela siempre es la más rápida en comer el postre, visto y no visto, la entiendo. Ella prefería dejar las clases de alemán para más tarde y empezar por su gastronomía.

Para ser la primera ver que hacemos este postre creo que ha quedado bastante bien, tan tierno que era casi imposible no sucumbir a la tentación de repetir.

Creo que mi tía la germana nunca hizo un Rosenkuchen, aunque sí que hacía unos postres riquísimos bastante a menudo, recuerdo especialmente un brazo de gitano de moca que alemán o no alemán estaba buenísimo. Seguramente allí haya mas afición a la repostería, no lo sé. Puede que sea por el modo de vida debido al clima, bastante más duro que aquí. El caso es que este postre con el que nos atrevimos es sólo una pequeña muestra de su gran repostería.

Ingredientes:

Para el relleno:

– 500 ml de leche
– 1 huevo entero
– 2 yemas
– 200 g de azúcar
– 1 cucharadita de esencia de vainilla
– 3 cucharadas y 1/2 de Maicena
– ralladura de 1 naranja

Preparación:

Ponemos a calentar la leche con la vainilla separando un poco aparte para desleir la Maicena.

Batimos el huevo con las yemas y el azúcar. Cuando la leche esté a punto de hervir lo añadimos y removemos.

Añadimos tambíen la Maicena disuelta y no paramos de remover hasta que espese.

Por último, apartamos del fuego y echamos la ralladura, mezclando bien.

Dejamos enfriar, tapada con film transparente para que no haga costra la superficie, y reservamos.

Para la masa:

– 375 g de harina de fuerza
– 1 pizca de sal
– 1 sobre de levadura en polvo de panadería o 15 g de levadura fresca prensada
– 50 g de margarina
– 10 g de azúcar vainillado
– 55 g de azúcar blanco
– ralladura de 1 naranja
– 1 huevo mediano + 1 para adornar
– 50 ml de leche templada aproximadamente
– molde redondo desmontable de 30 cm de diámetro

Preparación:

Entibiamos la leche.

En un bowl echamos la harina y hacemos un hueco en medio, donde pondremos la levadura y la sal.

Añadimos un poco de leche y vamos mezclando con una cuchara añadiendo poco a poco la harina de los alrededores.

Ponemos el azúcar y la margarina; seguimos mezclando. Ahora la ralladura.

Añadiremos la leche que sea necesaria. La masa quedará elástica y no pegajosa en las manos.

Dejaremos reposar en lugar cálido tapada.

Pasada una hora, la masa habrá doblado su volumen.

Enharinamos un poco la mesa de trabajo y volcamos la masa, a la que daremos unas vueltas.

Con ayuda del rodillo de amasar enharinado, extendemos la masa de forma rectangular con un grosor de medio centímetro.

Repartimos por toda la superficie, con ayuda de una espátula, la crema que habíamos preparado y enrollamos como si se tratase de un brazo de gitano.

Cortamos, con un cuchillo bien afilado, rodajas de unos 5cm de grosor y colocamos en el molde enmantequillado con la crema mirando hacia arriba, es decir, quedando la forma de espiral a la vista. Debemos dejar espacio entre los bollos porque al crecer la masa se expandirá también a los lados.

Tapamos y dejamos reposar hasta que los bollos dupliquen su volumen.

Precalentamos el horno a 190º.

Cuando los bollos hayan crecido, los pintamos delicadamente con huevo batido.

Horneamos aproximadamente unos 30′ o hasta que estén dorados y servimos.

En este caso para adornar, he espolvoreado con chocolate negro rayado. La receta original no lo lleva.