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Algunos ya dicen que este será su año y ojalá así sea por supuesto. Yo no sé si será mi año o no, ni tampoco sé qué quiere decir eso exactamente, pero por el momento ha empezado bastante como el culo.

Lo primero son las asquerosas dietas. Si tengo el día de bajón me digo que es necesario hacer dieta y que me voy a ver mejor que cuando estos kilos decidieron quedarse cómodamente en mí, pero si tengo el día feliz me pregunto para qué coño sirven las dietas y si no es por salud para qué voy a sufrir sin probar cualquier cosa de las que cocino a diario. Claro, todo esto depende de dónde me venga el aire ese día que por aquí suele dar el norte que da gusto, así que seguro que me pilla de bajón.

Luego están los electrodomésticos y utensilios de trabajo. Raro es el día que no se estropea uno, vaya, que parece que están para cogerlos con pinzas y no los uses mucho que te empiezan a mirar mal y te sueltan un chispazo por menos de nada. Lo mejor es cuando quieres y puedes cambiar alguno, resulta que no se adapta a tu cocina porque tiene más de 30 años y hasta que la tires abajo entera no se puede tocar. Oiga señora no se queje tanto que al menos tiene una cocina donde hacer sus cuatro cosas. Ejem.

Y en tercera posición del ránking mundial de desastres del 2013 están los ordenadores. Que sí, que trabajamos con Mac, y que Windows es caca, pero claro por nuestro trabajo tenemos que utilizar todos los sistemas, aunque sea de vez en cuando. Así que raro es el día que si no se jode una cosa se jode la otra y así nos pasamos medio día, solucionando los problemillas que van surgiendo, pero como encima eres autónomo de las narices y tus clientes te pagan como el culo, no se te vaya a ocurrir pensar que necesitas otro equipo nuevo para poder seguir trabajando, qué va, ssschhhhhhhhhh.

Receta de trufas de castaña y naranja

Receta de trufas de castaña y naranja

La trufas de chocolate son un bocado de esos que no nada de pereza hacer ya que la masa se elabora en un momentito muy fácilmente y podemos hacerlas de infinidad de sabores lo que las convierte en muy versátiles y adecuadas para aprovechar cualquier resto que tengamos por la cocina.

Aunque estas trufas las hice para Navidad y ya no se encuentran castañas en los mercados no podía dejar de publicar esta delicia. Bien sabéis mi adoración por este producto de mi tierra que poco a poco se valora y utiliza tal como se merece.
Normalmente conservo algunas castañas congeladas para utilizar durante todo el año, y también tengo en formato puré que sirven para varias preparaciones básicas que podéis ver en el blog en distintas recetas con castañas.

De todos modos podéis utilizar el fruto seco que más os interese o apetezca por supuesto y añadir un poco de naranja confitada o ralladura confitada que combiana perfectamente con estas trufas y que en otras ocasiones le he añadido.