La receta

Hace unos meses que probé los productos Cascajares y cambié la idea equivocada que tenía acerca de sus productos. En un principio cuando los vi creía que eran platos precocinados y nada más lejos. Cascajares elabora «productos para cocinar», así lo defino yo.

La variedad de productos va desde entrantes y ensaladas hasta productos gourmet como el Capón o Cochinillo asados. En este caso he utilizado el Rabo de Buey asado para elaborar estas croquetas.

El producto viene dentro de una lata, al abrirla ya se nota un delicioso olor a especies. Sólo hay que retirar la grasa de pato- que es el conservante natural que utilizan- y calentar. Lo único que resta es hacer alguna salsa y acompañamiento para una carne tan espectacular como la que nos ofrecen.

También podemos hacer estas croquetas de rabo de buey y jamón guisando el rabo de ternera o buey tradicionalmente. En casa normalmente cuando lo hago no sobra, pero estas croquetas son perfectas para los restos que puedan quedar de carne.

Croquetas de rabo de buey y jamón

Ingredientes (Para unas 30 croquetas según tamaño):

– 1 Puerro
– 50 g de jamón ibérico o paleta
– 1 l de leche entera
– 100 g de mantequilla
– 140 g de rabo de buey guisado y desmenuzado- este caso Cascajares-
– 125 g de harina de trigo
– Sal
– Pimienta negra
– Nuez moscada
– Harina
– Huevo
– Pan rallado
– Aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Troceamos muy pequeño el puerro y el jamón.

Ponemos a calentar la leche.

En una sartén o cazuela ponemos la mantequilla y dejamos que se funda. Entonces añadimos el puerro y sofreímos hasta que esté doradito. Añadimos entonces el jamón y el rabo de buey. Regohamos todo junto un par de minutos.

Echamos la harina y dejamos que tome un poco de color- esto lo hacemos para que se haga un poco y evitar el sabor a harina cruda en la masa-.

Cuando tengamos la leche caliente la vertemos poco a poco y según nos haga falta sobre la mezcla que teníamos en la sartén. Debemos remover-con una varillas- con rapidez la mezcla para que no se formen grumos. Se irá formando una pasta sólida- yo he necesitado toda la cantidad de leche que indico-. Salpimentamos y echamos un poco de nuez moscada al gusto.

Removeremos hasta que la masa se despegue de las paredes de la sartén, entonces es cuando la bechamel está lista para croquetas.

Volcamos la masa sobre una fuente para que se enfríe. Una vez fría, tapamos con film transparente y guardamos en la nevera hasta el día siguiente.

Al día siguiente formaremos las croquetas con ayuda de una cuchara- o nuestro método particular- y pasaremos con este orden por harina, huevo y pan rallado. Freimos en abundante aceite de oliva caliente y dejaremos unos minutos sobre papel absorvente antes de comerlas.