La convivencia no es fácil, incluso con alguien que conoces desde el día que viniste al mundo, y por lo tanto sabes de qué pie cojea y que puede o no molestarle. Esto provoca que a veces salte la chispa, sobre todo en los primeros días, luego tanto unos como otros nos vamos reacostumbrando.
Boom !
Esto es lo que hizo la fuente de alimentación de mi PC pocas horas después de enchufarlo cuando volví de vacaciones. Rápidamente un olor a chamusquina inundó la habitación.
«Olor a silicio abrasado» según las explicaciones del técnico de la tienda.
Lo peor en mi caso no fue acoquinar la pasta para cambiar la fuente de alimentación, si no cargar con el ordenador hasta la tienda. ¡Como pesa el condenado! La tienda no está cerca precisamente, más bien a varios kilómetros. Evidentemente no fuí andando hasta allí, aún no soy superman (estoy en ello), pero tampoco en coche, si no en transporte público. La hubiera cambiado en una tienda que hay cerca de mi casa, pero 2 minutos hablando con la dependienta, me bastaron para darme cuenta de que no sería buena idea.
¿Piensan que puedo estar cerca de una semana sin ordenador? Desde luego prefiero deslomarme y llevarlo cómo sea a dónde sea.
Punto negativo para Renfe
Estoy hasta los mismísimos de la mierda de tren que Renfe pone a nuestra disposición para realizar el trayecto Vigo-Bilbao. Sí, he dicho mierda de tren, luego echo mis 10 euros al bote, o quizás me hagan falta más porque tratándose de Renfe…
No sé el motivo por el cual toda la gente que usa este tren tiene que ir en esta carraca, que más se parece al tren de la bruja que a otra cosa.
No he puesto ninguna reclamación aún, y posiblemente ese sea uno de nuestros errores.
¡Quiero mi película! Creo que son suficientes horas como para que pongan no una, si no toda una trilogía, pero yo pido al menos una película. Y por favor no me pongan Crepúsculo ni Billy Eliot, que las escasas veces que ha funcionado la señal de video han puesto alguna de esas dos. El resto de las veces simplemente la señal de video por una causa desconocida no llegaba a nuestro vagón.
No, lo de las películas no es el único tema que me jode (otros 10 euros) de este tren, de hecho, quizás sea el más banal.
La receta
Creo que por fin he encontrado la receta para conseguir el arroz con leche perfecto «para nosostros» y sin estar dos horas con la cuchara de palo. El tema viene porque nos gusta más la «crema de arroz con leche con granos de arroz» que «el arroz con leche» en sí.
Y como lo mío son los inventos, y me encanta buscar otros usos diferentes a los utensilios, me lancé a probar mi receta de arroz con leche en la panificadora.
El arroz con leche lo hice con la estupenda panificadora del Lidl. Usaremos el programa mermelada, ya que remueve constantemente y eso nos viene genial para que el arroz suelte el almidón.
Ingredientes:
– 180 g de arroz bomba
– 1 y 1/2 l de leche entera fresca (La pasteurizada que está en la zona de frío)
– 200 ml de nata 35 % m.g.
– 100 g de azúcar blanquilla
– Vainilla en polvo
– 1 ramita de canela y en polvo para adornar
– Cáscara de 1 limón
Preparación:
Lavamos en arroz bajo el grifo con agua fría. Este paso es importante- Y no, no se quita el almidón-.
En una olla ponemos a fuego lento la leche, la nata, el azúcar, la ramita de canela, la cáscara de limón, un poco de vainilla en polvo y el arroz.
Lo dejamos a fuego lento unos 10′ .
Vertemos toda la mezcla en la cubeta de la panificadora. Elegimos el programa mermeladas y dejamos hasta que termine.
Yo saco el limón y la rama de canela al poco rato de empezar el programa. Si no os gusta con mucho sabor a limón no lo dejéis demasiado. Si el arroz no estuviese totalmente cocido, volvemos a poner el programa en marcha hasta que esté a nuestro gusto.
